viernes, 12 de abril de 2013

Manitas de gato

Para algunos dueños de mininos, el que su bigotudo acompañante se peine con salivita no es suficiente. Ellos quieren más. Así, para satisfacer sus altas espectativas, diversas compañías han diseñado accesorios especiales. ¿Quieren saber de lo que hablo?

Foto: Jill Johnson para kittywigs.com

Pelucas felinas
Esta bien, nuestros familiares salvajes son los leones; pero, ¿de verdad creen que merecemos usar esta pseudomelena? Kitty Wigs condisera que sí (al igual que sus clientes). La compañía surgió de la alianza de la creatividad de Julie Jackson, la paciencia de Boone (su minino) y la locura de Jill Johnson. En su página de internet se pueden ver cuatro modelos: rubio, azul eléctrico, zorro plateado y rosa (como el de la foto), los cuales, por ahora, están agotados; sin embargo, sus creadores afirman que pronto tendrán más sorpresas.

Foto: softpaws.com

Uñas de gato
No, no nos referimos a la hierba medicinal; sino a verdaderas extensiones de uñas. El veterinario Toby Wexler comenzó a fabircarlas en 1990. La idea de Soft Paws es sencilla, con estas especies de capuchas (que se adhieren a las uñas reales), los mininos no podrán rasguñar ni dejar como falda hawaiiana a tus muebles favoritos. Existen diferentes opciones de paquetes, con un sólo tono de esmalte, bicolores o surtidas. Además, están diponibles en diferentes tamaños.


Foto CatCouture

Guardarropa con garra
Por supuesto, no podían faltar las tanks (playeras de tirantes), hoodies (con capucha) y playeras polos. Cat-Toure las tiene desde 2010, ostentándose como la primera firma especializada en crear ropa que ajusta a la perfección al cuerpo de los gatos. Diponibles en tallas chica, mediana o grande, las piezas son diseñadas en Estados Unidos y sus precios oscinan entre los 29 y 36 dólares.


Bueno, yo recuerdo a mi primo Morrisey, quien ni siquiera soporto que le pusieran collar. Dio tres pasos emulando la flexibilidad de un robot y prefirió dejarse caer de costado, todo tieso, hasta que le quitaron el accesorio recién comprado. Así, nadie en la casa quiso volverle a poner "el cascabel al gato".

No hay comentarios:

Publicar un comentario