lunes, 29 de abril de 2013

Alto a la discriminación


De poco ha servido el proceso de civilización si aún se consideran a los gatos negros como portadores de mala suerte. En mi opinión, el peor infortunio es la ignorancia.


Veamos, todo indica que el origen de esta mala fama proviene de la Edad Media, cuando los felinos domésticos fueron víctimas de una despiadada e injusta persecución. Ya lo hemos platicado en un post anterior ( La Peste Negra), se nos vinculaba a la brujería y otros ritos, más relacionados con la naturaleza del hombre, que con la nuestra. ¡Inclusive se quemaban vivos a mis ancestros en las Plazas Públicas! Vaya, me erizo de pensarlo.

No se vale pensar que, como es cosa del pasado, es asunto olvidado; actualmente, la discriminación hacia los mininos negros refleja la misma cerrazón humana de siempre. Y aunque en Inglaterra e Irlanda, el que se aparezca uno en la entrada de la casa, es de buen augurio; para el resto del mundo significa un mal presagio.

En Internet encontré algunos contrargumentos que dicen que la dueña de un gato negro tendrá más galanes o que estos mininos pueden alejar malos espíritus. Apoyar estas ideas es seguir en la misma línea de absurdos, así que, mejor dejemos a un lado esas supersticiones.

Lo que es cierto es que muchos humanos, acostumbrados a discriminar a sus congéneres según el tono de su piel, también realizan esa clase de distinciones en los felinos. De hecho, según Smithsonian.com, la mayoría de los humanos considera que el color de nuestro pelaje es reflejo de nuestra personalidad. Así, los pelirrojos o anaranjados son vistos como amigables; los de manto carey, intolerantes; los blancos, distantes y los negros, malos.

Leer para creer. Toma consciencia, si quieres un gato, si realmente aprecias todo lo que un minino significa y puede aportar a tu vida. Date color y acéptalo sin importar las gamas cromáticas de su pelaje.

2 comentarios:

  1. Por meses, intentamos colocar en un hogar a una gatita carey: Las personas que nos decían que sí y la veían, nos argumentaban que buscaban un gato "más fino" o simplemente expresaban "Ay qué linda", pero se decidían por otro minino. Algunas personas fueron más allá de su ignorancia, pensando que tenía sarna (por sus tres colores), o simplemente la rechazaban porque "era demasiado negra". No lo podíamos creer.

    ResponderEliminar
  2. Ya sé. Es una lástima que hasta en los gatos pese el color de la piel. Elvis y o te mandamos un abrazo fuerte.

    ResponderEliminar